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LA FORMA DE VIDA DEL FIEL TEISTA

21:38, Posted by Dalfario y/o Heretic, 3 Comments




Deshonor, irresponsabilidad, cobardía, incongruencia, son palabras que resumen una descripción de la forma de vida de estos individuos.

El problema básico es que como humanos faltan a su naturaleza racional (característica determinante de nuestra especie) al sentirse conformes con un antiguo delirio ajeno (concepto de dios) que apoyado en obras ejemplares de sofismas y falacias (textos bíblicos) vienen a explicar el origen y fin material e ideal de TODO cuanto existe. La defensa vehemente, desesperada y desmedida de estos conceptos, en desprecio de la investigación exhaustiva de la verdad y la disposición de aceptar pruebas empíricas como ciertas, constituyen al fiel teísta en una parodia del humano. Lamentablemente hay tantos de estos seres entre nosotros que es difícil admitir que son mayoría - por ser tan vergonzoso-, y que los pocos intelectuales del planeta son solo vestigios de lo que antes del escolasticismo fue el apogeo del hombre pensante.

¿En qué me baso para realizar tales afirmaciones? En experiencias vividas por mí, en testimonios, y en entrevistas que he realizado.

Es bien sabido que un fiel a dios debe “amar a dios” incondicionalmente por sobre todas las cosas y personas, sobre sí mismo y sobre sus padres, ya que es dios el único responsable de toda la vaga dicha que apenas logran experimentar estos humanos creyentes en compañía de sus allegados.

Este principio elemental de las religiones viola principios biológicos (los cuales priman sobre cualquier otro) como el de supervivencia.

¿Es normal que un organismo vivo tenga como prioridad una cosa distinta de su integridad y supervivencia o de la descendencia portadora de sus genes? No. No es normal ni positivo. No es normal un hijo que quiera a alguien más que a sus progenitores o a los responsables de su vida y bienestar, ni es normal que un padre aprecie más a un ser ausente que la vida de sus padres o sus hijos, quienes portan el material genético de nuestra especie, y por quienes normalmente se siente mucho afecto. Las mismas “sagradas escrituras” plantean en varios casos la inferioridad de un hijo respecto a un dios en la vida de una persona; para esto véase el texto que menciona la actitud del personaje Abraham ante la petición de dios de matar a su hijo, y véase además Las Calamidades de Job de un texto bíblico también.

No hay una devoción a la vida o supervivencia actual –es decir, en vida- por parte de los religiosos. Un organismo debe primero procurar su vida para posteriormente asegurar la supervivencia de su código genético y mantener la especie, y mantener su aporte evolutivo. Es lo normal, es lo básico, y es lo que rige nuestras vidas, consiente o inconscientemente. De hecho alguien podría acertadamente afirmar que el humano se caracteriza por entender y disfrutar conceptos distintos de la reproducción, como las artes o las ciencias del pensamiento; pero no puede existir nada de esto para un ser que no se mantiene con vida, ni para una descendencia que no ha sido asegurada, para poder transmitir la carga intelectual e histórica (característica de la evolución de la sociedad humana). No puede haber nada de esto en ausencia de la vida. Es necesaria la existencia del humano para que el pensamiento tenga lugar, junto con otras cosas bellas, y otras grotescas.
El problema es que el hecho de sustituir estos elementos de su nivel jerárquico por otra clase de conceptos, promueven el paso de la humanidad de evolución a involución.

¿Dónde queda el auto estima? ¿Dónde quedan los logros en Derecho sobre herencia y abolición de esclavitud? El humano debe ser capaz de sentirse igual con sus semejantes y procurar su progreso y superación personal, en vez de sentir que está limitado en sus pensamientos, capacidades, sentimientos y emociones, por existir un ente infinitamente superior, de características inalcanzables, a quien debemos y por quien sufrimos sin causa ni contraprestación alguna, y a quien se supone que nos parecemos.
Los romanos instituyeron la herencia para que el descendiente del difunto continuara con los inconclusos actos de su vida civil y fuera responsable ante sus acreedores, pero también era una cuestión de honor, tanto otorgar herencias y legados como aceptarlas.

El humano debe poder querer, sentir, y aspirar a una meta probada y posible, en vez de contradecir el instinto de querer a sus consanguíneos y atribuir honor a quien honor merece. No debe esperanzarse en promesas inciertas y en hechos físicamente imposibles de probar actualmente, ni engañarse a sí mismo ni dejarse engañar. Debe ser capaz de planificar un futuro posible para sí y los suyos, tomando en cuenta cierto margen de error. No debe sentir temor de un dios que reprende según normas inciertas, debe ser capaz de entender que ha errado por culpa suya y/o ajena y aprender del error, no desechar su culpa ni restarse responsabilidad en los actos de su vida y de la vida de los demás, en las cosas positivas como en las negativas.

La tendencia general de los creyentes es la de abandonar sus aspiraciones por una fantasiosa promesa de llegar a un cielo donde todo es perfecto –concepto este que ni ellos mismos se habrán imaginado- y estar al lado de un ser que ama incuestionablemente, que es fiel, perfecto, eterno y otro montón de adjetivos embriagadores de ingenuos. Todos estos conceptos utópicos y sin fundamento en la realidad conducen a la apatía a la vida durante la vida (la única que hay salvo declaraciones poéticas) y a su desperdicio, donde la tan anhelada muerte termina por llevarse irreparablemente una vida pobre, o mediocre en el mejor de los casos; una vida sin sentimientos puros y reales, sin sentimientos espontáneos y naturales.
La prohibición del suicidio de muchas religiones es por cuestiones económicas. ¿Cómo robar a la gente si esta se suicida para ir al cielo? Mejor es mantenerlos con “vida” para que trabajen y paguen el diezmo.

Hay quienes dicen que la realidad supera la ficción, y probablemente sea así. Preferimos cosas y emociones genuinas sobre las falsas. Tenemos como real lo lógico y/o lo físicamente sensible. Imaginamos seres, lugares y cosas, pero son ficticias. Es más agradable una risa sincera que una fingida. El cerebro humano tiene una estructura neurológica que varía en todos los humanos, pero tiene límites. Todos somos distintos. Unos nacen con cerebros que han mutado de una forma menos estándar que los demás, y suelen ser a los que llamamos asesinos en serie, locos, genios, artistas, pero siguen habiendo limites elementales que al ser traspasados por alguna mutación dejan de ser lo que sus ascendientes eran, y a ese ser ya no se le puede llamar humano. Y hasta ahora no se conoce ningún ser más original y creativo que nosotros los humanos; pero aun con nuestras limitaciones es posible entender que las cosas reales y bellas no necesitan ser concebidas por alguien para existir, y que son más bellas las que no hemos creado que las que sí. El existencialismo explica en parte eso de la creación.

Hay cosas que no podemos ni imaginar, pero al menos entendemos el por qué de eso, y la verdad es que nos sigue pareciendo más bella una nebulosa formada aleatoriamente, que la limitada cantidad de colores que podemos reproducir con algún medio artístico.

Pero tenemos a estas personas (los seguidores acérrimos de dios) que contradicen todo lo real, y lo dejan todo por seguir una meta borrosa, un delirio que comenzó en alguien bajo la forma de patología tardíamente identificada, y se transmitió dicho delirio o idea mediante hechos sociales que condujeron a las personas a reducir sus vidas a frases y oraciones con interpretaciones tan amplias como la imaginación humana –sin ser muy originales-, y se limitan a ser felices en esa especie de mundo, con poco trabajo, y pocas comodidades, conociendo poco de lo amplio del mundo y malinterpretando lo poco que ven. Todo termina siendo una versión deformada de la realidad. Pero aun siendo esta clase de vida una decisión personal de muchos, condiciona injustamente la vida del resto de las personas.

Mientras los intelectuales y la gente que vive, que está consciente, y que sueña en este mundo y no con otro, trabajan e intentan cultivar sus futuros, los guías y líderes de los creyentes se conforman con aprovecharse de los demás, bajo falacias de autoridad, o simplemente actitudes descaradas y deshonrosas hacia seres de escasa o menor formación intelectual. Buscan cada vez más fieles, más adeptos y simpatizantes, prometiendo patrañas como verdades. Unos conscientes de sus acciones, y otros tan cegados como a quienes profesan.

Para ellos no hay sentimientos positivos por la construcción, la obra útil y publica. Aspiran a un cielo cuya entrada pagarán con favores estúpidos en la tierra, con fichas que compran con “buenas acciones” para canjearlas por la entrada al “cielo”. ¡Hipócritas interesados! Todo para ellos consiste en adquisición sin contraprestación. Todo es gratuidad, deshonor.

Trabajar, ser útil, ser honesto, dejar los caprichos perjudiciales, ganar, labrar, son ideas desconocidas por ellos.
Trabajar la tierra y obtener sus frutos conociendo y reconociendo la causa y efectos del éxito y del fracaso es algo ajeno a ellos, y al parecer lo seguirá siendo. Viven en un código de injusticia.

El médico que estudia extensamente su materia, motivado por su bien demarcado rol en la sociedad, que ayuda y muchas veces salva vidas, es desconocido como salvador, y en su lugar es suplantado por amigos imaginarios populares que son objeto de adjudicación del bien y adulación.

“¡Gracias a dios!” dicen.

¿Dónde está la justicia? ¿Quién aquí merece gracias? ¿Qué voluntad presenciamos? ¿La de atribuirle a cada quien lo que le corresponde? No. Lamentablemente no.
Un medico puede cumplir su rol en una sociedad, y así como este otros profesionales también; pero si el resto de la población lejos de cumplir con algo desconoce la realidad y vive en su egoísta mundo de ridiculeces, tenemos entonces una porquería de mundo, y es probable encontrar intelectuales desalentados y con escaso o ningún apoyo material.

Sin hablar de las religiones extremistas, que bien sabemos el perjudicial alcance de su fanatismo.

Y sin ser suficientes las descalificaciones de los teístas hacia los científicos, se burlan de la lógica misma y de la razón de forma directa y sin miedo; sin miedo a ignorar y llamarse estúpidos.

Desaprovechan y si pueden desechan el estudio, el aprendizaje, la observación, la comunicación, las enseñanzas de los entendidos en las labores del pensamiento. Un fervoroso teísta puede usar un Tratado de Lógica como papel higiénico sin remordimiento alguno. Es una especie de negación a los temores del hombre: no ganar un debate, la muerte, ser diferente, diferir de un convencionalismo social. Pero estos temores son producto de la sociedad misma. Es un ciclo perjudicial donde se ha caído en la bajeza de burlarse del pensamiento crítico y sistemático.

Y entonces

¿Debemos respetarlos? No parecen ser verdaderos humanos, ni verdaderos animales siquiera. ¿Serán una mutación entonces? Pues bien, si lo son, supongo que merecen vivir, pero merecen restricciones también. Una forma de vida tan egoísta, caprichosa y despectiva hacia el humano y el pensamiento bien fundamentado debe ser limitada.

Si bien hemos limitado las vidas de los criminales, y luego de nosotros haber comprendido la causa patológica de su perjuicio a la sociedad los seguimos reduciendo a espacios minúsculos y alejándolos de nosotros por ser perjudiciales y/o inútiles a la sociedad, debemos preguntarnos lo mismo de los religiosos entonces.

¿Qué utilidad tienen? ¿Qué utilidad tiene esa creencia?
Pienso seriamente que la religión y esta gente no tienen ninguna función útil. Todo lo contrario, son extremadamente perjudiciales, solo que son tan comunes que pocos nos percatamos del mal. Ha sido caro el precio que pagó la humanidad durante siglos, pero al menos algunos ateos estamos conscientes de esto.

Y sé bien contra qué estoy blasfemando y el alcance de mi herejía, pero la humanidad ha adoptado la idiotez como modelo a seguir, y eso nos debilita como especie desaparece nuestro orgullo.

Si no somos capaces de ubicarnos en la escala evolutiva, entender nuestro pasado, y al menos desear un futuro, no podemos llamarnos inteligentes. Y si no podemos tener un sentido de pertenencia hacia una especie, la nuestra –y sin discriminar a las demás- ¿Cómo vamos a identificarnos con nuestras distintas razas, nacionalidades, y grupos sociales?

Hay que dejar la flojera y salir de este letargo racional.
Recordemos lo que somos o convirtámonos en una mutación no apta para vivir.



Autor: Heretic.

fecha: 10/10/10

Sobre la inexistencia de dios

21:52, Posted by Dalfario y/o Heretic, No Comment

"Ciencia: Porque resolver incertidumbres es mejor que inventar porquerías"


Hablando seriamente (o intentándolo al menos en este tema) se trata de conocer las posibilidades. ¿Qué tan posible es que dios exista realmente? Pues es tan posible como que cualquiera de nosotros sea dios, o como que alguno de nosotros pueda volar como un ave en el cielo. ¿Por qué es igual de posible? Pues porque no podemos probar a otros que dios exista, así como no podemos probar a otros que nosotros seamos dioses, o que volemos. Después de todo, ¿Quién sabe si tú eres dios y estas poniéndome a prueba? No podemos llegar a ese conocimiento mediante medios empíricos o racionales. No aún. Eso significa que por ahora no se puede probar ni empírica ni racionalmente la inexistencia de dios. Solo se puede probar que no hay pruebas de que dios exista, así como no las hay de que yo pueda volar o ser dios. Pero, ¿Desde cuándo los delirios individuales son seriamente aceptados por las masas humanas? Serán muy pocos los casos. Lo común es aceptar delirios masivos y epidémicos de las personas. Y nuevamente ¡pero! ¿Es a caso correcto algún pensamiento por ser aceptado por un grupo de personas? ¿O por ser aceptado por una sola persona? ¿No se busca la verdad en el método, en vez de en su simpatía, estética o carisma? ¿Es la costumbre fuente de la verdad? No. Nuestros intelectuales han probado que no. Y nuestras ciencias, las que nos salvan la vida a veces y siempre, se fundamentan en métodos ajenos a la opinión o a la voluntad.


Por lo tanto, el valor de un juicio debe recaer en su esencia lógica, o en la ausencia de esta.


¿Cómo se justifica el desprestigio de una teoría bien fundamentada, solo por la existencia de un delirio popular? Me refiero a la teoría de la evolución de las especies orgánicas, y a la teoría del Big-Bang.


Son poco serios los que equiparan las teorías fundamentadas en la lógica con la imaginación desmesurada y vaga, y con alucinaciones irrisibles. El lugar del creacionismo está en la mitología y los relatos populares de los pueblos, cada cual con su sazón; pero no junto al histórico esfuerzo de miles de nuestros pensadores que han puesto cada peldaño de la escalera hacia la episteme. No es tampoco una antítesis. El creacionismo es una idea vulgar y superada, y como el centro de su fundamento es dios, también está éste superado.


La tendencia de algunos pensadores, de identificar a dios con el motivo que justifica al big-bang, aún desvirtuando su carácter antropomórfico, es tal vez lo más cerca que se puedan colocar a dios y a la lógica, pero en este contexto solo queda de dios el nombre y ya no la idea. Si se mantiene a dios como la voluntad de explotar la materia, o si aún sin dios se mantiene la idea de la explosión por voluntad alguna, se estaría ignorando el principio existencialista que nos dice que la existencia precede a la esencia. Las realidades existen independientemente de nuestra intelección, o de intelección alguna.


En cualquier caso, mantener la idea de dios en una investigación científica, o en el pensamiento filosófico, o tratar de conciliar la ciencia o la filosofía con dios, es algo prejuicioso e infantil.






El mal del teísmo



La creencia en dios es un fenómeno cultural que se ha mantenido por el egoísmo de unos pocos, y por el capricho e ignorancia de muchos. Al igual que el homicidio, la creencia en dios debería verse como una costumbre incorrecta, holgazana y perjudicial, y las conductas derivadas de esta creencia deberían ser rechazadas, pues al igual que el homicidio, la creencia en dios y su mal es de orden público, y si en materia penal no se tiene a la costumbre como fuente de derecho, en materia racional no debería tenerse tampoco la costumbre como fuente de conocimiento veraz, con lo cual la idea de dios quedaría de plano desechada, y estudiada sólo como fenómeno social de civilizaciones retrasadas, pues es retrasada la persona que permite a esta clase de pensamientos –si es que se le puede llamar así- influir en su conducta, como de hecho lo hace; y son descuidados e irresponsables los que cimientan los asuntos comunes sobre un terreno tan traicionero y malicioso, es decir, las sociedades teístas o falsamente laicas.


La mayoría de los humanos del mundo, de edad adulta, están confundidos. Creen que trabajar y tener crías es asunto serio y demuestra responsabilidad, y que solo eso basta para ser personas completas. Y en un sentido biológico sí lo es: sustentar la vida propia y reproducir la especie. Pero, si nos distinguimos de los demás animales, desde un punto de vista objetivo, es por la capacidad de ampliar nuestra forma de vida. Sentimos pasión, por ejemplo, por estudiar nuestros cuerpos, nuestro planeta, y lo que nos rodea. Y la razón de esto es que hemos evolucionado biológicamente de una forma que necesitamos obtener datos a través de nuestros órganos sensoriales y operarlos intelectualmente. Visto de esta forma, las necesidades humanas no son solo vivir y dar vida, sino interactuar y liberar hormonas del placer en nuestros cuerpos con frecuencia mediante estimulaciones neuronales más complejas que las de los demás animales. Negar esta necesidad, es negar la naturaleza humana, y negar lo que somos es falta de seriedad.


He ahí la importancia de conocer la verdad, de conocer la realidad, pura y desnuda como solamente puede ser. Una persona seria busca el entendimiento racional de las cosas, no conformarse con primeras impresiones y relatos populares. La persona seria es exhaustiva en la búsqueda de los conocimientos auténticos, y se conforma medianamente con lo que conoce, y duda y busca la superación de este conocimiento.


Es seria la persona que atiende a esta necesidad y descubre, y desarrolla, y realiza su fin, el fin que nos caracteriza como humanos, antes de crear más vida, antes de determinar la vida de otro ser humano.


La adultez se alcanza cuando nos desarrollamos física e intelectualmente. No hay madurez en ausencia de una de estas facetas de la especie humana. Entonces es serio, es maduro, es adulto, es completo el humano que entiende su pasado, el pasado de sus ancestros, y a su vez el de estos, y en base a la historia continúa su camino y busca subir un peldaño más, y luego de ya estar realizado está entonces listo para procrear, y encaminar a su descendiente por el mismo camino, ayudándolo a salir de la incertidumbre con que ha nacido –sin haber elegido nacer, ni conociendo ni ignorando-. No interesarse por conocer cabalmente la realidad del inicio, del pasado y del presente, y determinar a otros seres como humanos ignorantes y desinteresados, es una actitud irresponsable y nociva, consigo y con los demás, descendientes directos, indirectos, otros humanos de lejano parentesco, y otras especies más lejanas aún.


Qué absurdo es pretender conocer el presente sin tener en cuenta el pasado. Es torpe el que intenta comprender a otros sin comprenderse a sí mismo, y sin comprender de donde viene. Las bases del conocimiento de cada individuo humano deben reposar sobre terreno firme y cierto para poder edificar ahí el resto de su conocimiento y su vida. No hace falta esforzarse mucho. Se trata de guiarnos unos a otros hacia la madurez intelectual cuando estemos listos físicamente, y esta cooperación se logra entendiendo que el mal común es el mal individual, y el malestar de cada individuo representa el malestar de una sociedad, y vale la analogía para el bien, solo hay que preocuparse por las minorías, por las unidades, no por las “sociedades” como nombre de un grupo.


La creencia en dios como voluntad creadora del todo es una actitud infantil, pues obstruye totalmente el desarrollo natural de las personas. Nuestra constitución física nos determina a pensar, no a creer ciegamente, y el problema es ese, se llama atrofia. Somos seres atrofiados por ideas infantiles. Es más maduro el que entiende nuestra realidad y la suya y decide satisfacer algunas necesidades en pasatiempos propios de humanos jóvenes, que el que pretenda llevar a cabo procesos vitales de manera acelerada, como la procreación, e ignora lo que somos, desconociendo la especie, el ambiente, a sí mismo –al no conocer bien sus gustos o reprimirlos por convencionalismos sociales- y a su entorno en su esfera individual; una vez más vemos aquí al humano promedio, un ser anegado por la incertidumbre, y el desconocimiento de ésta, lo cual termina en una cadena de evolución tardía y retraso social.



En conclusión: la inexistencia de dios no se ha probado, pero no hace falta probar su inexistencia. Lo que hace “FALTA” es probar su existencia, pues fue lo alegado en principio; pero esperar a que sea probado, es algo tonto. Siempre faltará la prueba de que dios existe. Lo lógico es seguir por el sendero de la ciencia y la intelección concienzuda, que pronostico que puede conducirnos a la prueba de que dios no existe, o hacia otras teorías de orígenes y formas de vida que nos permitan desprendernos de esa idea tan tonta.


Tiempos de siempre

19:16, Posted by Dalfario y/o Heretic, No Comment



Textos antiguos, profetas, profecías, predicciones. Se dice que viene la destrucción del mundo y el universo, el fin de los tiempos, el juicio final, y todo lo que han anticipado los profetas y videntes de la historia, que indican además, que todo el bien y la felicidad quedara con dios y sus hijos, y solo ellos gozarán.


Los hechos que aquí se nombran son lo más real y tangible que puede encontrarse en “las sagradas escrituras”. No son sucesos falsos. Lo engañoso y mal intencionado es el origen y fin que le asignan a estos fenómenos.


Estas predicciones toman fuerza ahora, como lo han hecho siempre, porque se evidencia el comienzo de las mismas; el preludio del cataclismo. Pero al parecer estas predicciones son tan vagas como las de los horóscopos. “hoy vas a ver a alguien conocido”, “hoy realizarás gestiones de dinero”. “caerá un gran emperador”, “las aguas se elevarán y mataran personas”. ¿No sucede lo mismo cada año? Conflictos políticos y bélicos entre naciones, desastres naturales, calentamiento global. El fenómeno atmosférico del “niño”, y “la niña”. Los huracanes que cada año se gastan la mitad del alfabeto occidental en nombres para cada uno, y al menos uno de estos causa algún desastre, y cada tanto pérdidas humanas en alguna región costera.


Todos los años lo mismo. Desde hace mucho tiempo. Estoy seguro que desde hace más de 2000 años es la misma historia global, solo cambian nombres, delimitaciones políticas de territorios, guerras y desastres con distintos números pero en las mismas proporciones. Hambrunas y miserias.


Pero las malditas religiones y sectas solo buscan sacarle el jugo a la ignorancia e ingenuidad de las personas, usando eventos tan predecibles como el movimiento de nuestra luna.


Incluso parecen más interesantes e impresionantes las predicciones de las civilizaciones originarias de centro América, quienes se basaron en observaciones astronómicas para predecir lo que hoy se conoce como calentamiento global, consecuencia de la energía y radiación que viene del centro de la galaxia. Estas profecías se encontraron esculpidas en piedra y se conocen como “las 7 profecías mayas”.


Lo que yo puedo predecir como lo más probable, basándome en los datos actuales es que, todo seguirá como siempre: guerras, hambre, epidemias de virus en humanos, algunos adelantos científicos, y pérdida de popularidad de las religiones. Todo esto seguirá así hasta que nos haga polvo un meteorito, o algún evento de tipo astronómico. De resto, seguiremos evolucionando. Hay gente inmune al sida, al ebola, a las infinitas y mutantes clases de influenza, etc. Hay mutación por todos lados. Todos somos mutantes, pero unos humanos mutan de manera más notable que otros. Nos extinguiremos de una forma tan drástica como la extinción de los dinosaurios, o aun peor, reduciendo a polvo el planeta que estemos habitando.


Las religiones y sus sagrados -o más bien malditos- textos no han inventado ni descubierto nada nuevo. Solo mantienen a la mayor parte del mundo sumida en la mentira, y estos a su vez someten a los no creyentes y personas que intentan ser útiles.


El impresionismo es una herramienta vieja. Es sencillo: anticipen el desastre, magnifiquen una muestra, ofrezcan cielo y salvación, e impongan una jugosa, egoísta y lucrativa condición, de mortales a mortales, para que los corderos sigan en el infernal corral con el cerebro limpio, y los que harán posible la “salvación” ya estarán a salvo y a gusto en su cielo terrenal, el único.


Reflexiones de: Heretic.
05-07-09

Asuntos humanos

20:54, Posted by Dalfario y/o Heretic, No Comment

Se dice de los humanos, entre otras cosas, que tienen necesidades, y gustos innecesarios.

Entre las muchas necesidades humanas defiende la mayoría que, el humano necesita creer. Desde los primeros homo sapiens se encuentra presente la característica biológica, fisiológica de "creer"; creer para sentir seguridad de algo y no cuestionarlo todo, para tener esperanzas, para calmar las inquietudes y preguntas sobre el origen de las cosas, la fidelidad de las parejas, de las amistades, etc. Entonces se decía que dios, siendo una creencia común entre mayorías, respondía a una necesidad biológica. Era la satisfacción obtenida en respuesta a la necesidad de creer firmemente en algo, sin cuestionarlo, pues es un acto de fe, fe en su deseo de mantener vivas sus respuestas y ver firme la satisfacción de su necesidad biológica casi primordial. De ahí el sentimiento de apego o de “fe” a las pobres respuestas que da la creencia en un dios.

Podría decirse que la creencia en dios es entonces, lejos de un mal, una condición normal de la humanidad. Algo natural. Una necesidad como defecar, por ejemplo. No podría pretenderse su erradicación por ser una condición inherente a la humanidad misma, y el mundo entero seria de los estafadores en 2000 años de historia, legitimados por la modernidad. Pues bueno, todo esto es basura.

Para empezar, la necesidad humana, y, básicamente la característica que nos distingue de los demás animales (pues nosotros también lo somos) es la de pensar, procesar conocimientos para crear otros. En fin, conocer. Necesitamos conocer.

Desde nuestro nacimiento vivimos haciendo preguntas a los humanos de mayor edad. Preguntas básicas, otras no tanto, pero no nos vemos satisfechos hasta “conocer”. La creencia es un conocimiento que fue concebido o descubierto por alguien, verdadero o falso, que deja de ser sometido a cuestionamientos. La creencia es la supuesta respuesta a una interrogante, pero se fundamenta en su carácter de incuestionable una vez concebida; de ahí que los creyentes se nieguen a dudar de aquello en lo que creen, porque dicen que se trata de una cuestión de fe y no de razón, y siendo si, no buscarán razonamiento lógico en el objeto de la creencia. Pero, la creencia no deja entonces de ser conocimiento. Es conocimiento, pero como dije puede ser errado, y lo que sucede con la idea de dios es que seguramente es un conocimiento errado. Una falsa respuesta a la pregunta, por ejemplo, ¿De donde surgió el universo? “Fue dios” es lo que “conocen” algunos como respuesta, pero es falsa. Entonces, igualmente podemos decir que, si la creencia es conocimiento, y el conocimiento de algo satisface nuestra necesidad, entonces la creencia en dios satisface nuestra necesidad. Pues no.

La mentira y la patraña son la pena que puede padecer cualquiera menos el autor de ellas, por lo que no buscamos aferrarnos a mentiras. Anhelamos la verdad, el conocimiento cierto, o el que pruebe serlo, o el que por lo menos resulte de un proceso de razonamiento lógico y sistemático para su obtención.

Ahora, podemos decir que la necesidad humana es la de conocer la verdad, o lo que asegure el sentimiento de conciencia de lo que es cierto, no así, las creencias falsas, y las mentiras incuestionables, resultan ser una necedad, un juego de humanos.

Y es ahora donde hablamos de los gustos. Necesidad es una cosa, y costumbres, prácticas o juegos son otra cosa. Porque, si ahora decimos que la creencia en dios no es una necesidad sino un “juego de rol” por ejemplo - y que seguramente fue así como surgieron las religiones del mundo- entonces se podría decir que está bien, porque cada quien tiene derecho a darse un gusto, o a jugar, o a reunirse. Si hay bandas de rock satánico, ¿por qué no debería haberlas de rock cristiano? O reuniones de feligreses en un templo, cuando hay ferias de ciencias y congregaciones de intelectuales en una biblioteca. Pues bueno, esto también es basura.

En Derecho se conoce un principio fundamental que indica que: “el derecho de uno termina donde comienza el derecho de otro”, lo que significa que puede una persona o grupo de personas pueden ser satánicos mientras no se comprometa la vida de un humano u otro animal, como gatos, palomas (ya que hay normas que condenan conductas negativas hacia otras especies animales) para ofrecerlos a su señor Satanás; de igual forma que una persona o grupo de personas pueden ser teístas siempre y cuando no acosen a otras personas o condenen el destino de la humanidad bajo el yugo de doctrinas y costumbres ortodoxas e inexorables que impiden avances científicos y salud a la humanidad (ejemplo de esto, el catolicismo condenando el uso del condón).

También se conoce, por lo menos en Venezuela, una forma de delito llamada “agravillamiento”, que consiste en la reunión de varias personas para planear la comisión de un delito. Solamente el hecho de congregarse varias personas con ese fin es motivo de sanción penal. Entonces, vemos que existen los derechos universales de libre profesión de un credo, y la libertad de transito y reunión, o en fin, de compartir un determinado espacio con otros individuos, pero vemos que basados en estos principios encontramos limitaciones también a derechos humanos como estos.

Si alguien profesa la grandeza de una virgen que mantiene un himen intacto luego de dar a luz a un feto humano (y mágicamente concebido) , para atraer personas, limosnas y diezmos, o lo que es lo mismo, con el fin de “estafar”, o impedir el progreso de muchos por el bien de uno o de unos pocos, se debe limitar entonces el derecho a predicar o a pertenecer a un culto, y si se efectúan reuniones para llevar a cabo esta tarea, se ve también una extralimitación de los derechos de las personas que debe ser impedida y castigada.

Todo esto que se resume en debe haber una limitación de “gustos”, ya sean juegos o costumbres, como adoración de supuestos seres, o reuniones para delirar en grupo.

Ejemplo claro de esto puede ser la venta cigarrillos dañinos, o hamburguesas poco nutritivas, que al igual que las religiones, dicen poco de lo que son o contienen, hacen daño a terceras personas, y buscan favorecer a uno o a unos pocos humanos.

Y ahora sí podemos decir que, el humano no necesita creer, necesita conocer la verdad. Y el humano puede mover su cuerpo, jugar e imaginar, pero no debe seducir ni persuadir para el mal, ocultar la verdad en perjuicio de muchos y beneficio de pocos, ni extorsionar, ni desinformar a terceras personas.

Estas son algunas cosas que hay que tener claras sobre nuestra especie.



autor: Heretic.

Enemigos de Dios

23:51, Posted by Dalfario y/o Heretic, No Comment

Genial cancion del grupo Desobediencia Civil





posteado por Dalfario
30/05/09

chorradas religiosas

23:26, Posted by Dalfario y/o Heretic, No Comment

EN EXCLUSIVA el Arcangel San Miguel responde 20.000 preguntas... algunas respuestas cambiaran tu forma de ver el mundo.





El niño predicador nos da detalles sobre su origen.





Disfrutadlos.



escrito por Dalfario
30/05/09

Abiogenesis.

12:54, Posted by Dalfario y/o Heretic, No Comment



Abiogenesis.


El Origen de la Vida… desde que el hombre evoluciono y desarrollo el lenguaje, la sociedad y en fin, se puso en la cima de la cadena alimenticia, y luego de eso observara el mundo y toda su complejidad, una de las preguntas mas importantes que se hizo fue: “¿como se origino la vida?”.


Para entonces, hace cientos de miles de años, no tenían muchas respuestas posibles... viéndose indefensos antes las fuerzas de la naturaleza, la respuesta mas "lógica" para nuestros ancestros era que la vida tuvo que haber sido creada por un dios, un ente tan poderoso capaz de crear todo lo existente.

En torno a esta consoladora idea del dios creador se formaron las sociedades complejas.

Vamos, no es muy difícil de imaginar.


Pero ahora, en tiempos modernos, en que la ciencia ha resuelto innumerables misterios, el origen de la vida es otro de los misterios que es capaz de resolver, y en vista de que el dios invisible e indetectable no se ha presentado físicamente a las masas en miles de años, pues queda descartado.


La vida, aquella materia con propiedades tan especiales, aquella de la que estamos compuestos, nosotros y todos los seres vivos de este planeta y seguramente otros, no es más que materia orgánica, la cual es abundante en el universo.


La materia orgánica, es como se describe a aquellas moléculas que están compuestas a partir de átomos de carbono, es la responsable de la formación de los “bloques de construcción de la vida”, los aminoácidos, que a su vez forman proteínas, que dan paso a la formación de células y formas de vida complejas.


La materia orgánica puede combinarse y formar diversas moléculas, capaces de mantener ciertas reacciones químicas que eventualmente produjeron vida, y por supuesto, las primeras formas de vida no fueron sino concentraciones de materia orgánica en forma de burbujas o vesículas dentro de las cuales los compuestos organicos mantenían interacciones mediante la adquisición de mas elementos organicos de su entorno, y de esta forma podian multiplicarse, replicarse o bien desarrollar moléculas mas complejas.


Con los famosos experimentos de Miller y Urey, se logro demostrar que emulando las condiciones de la tierra primitiva, es posible la formación de materia orgánica a partir de materia inorganica .

Actualmente, en laboratorios se puede observar la formacion espontanea de coacervados.


La Comprensión del origen de la vida, nos lleva a la conclusión de que la vida es solo un hecho más. No somos sino materia. No somos la voluntad de ningún ser superior. Se aglomeraron moléculas de una forma tan extraña y especial (pero posible en los medios provistos por el universo y sus leyes naturales).


El imaginar y dar por hecho que un ser semejante a nosotros (con forma humanoide), con capacidades iguales o superiores a las nuestras, invisible e indetectable, ha creado el universo y la complejidad de sus componentes, y encima, de manera incomprensible para nosotros, es algo que ya rompe los limites de la racionalidad, en vista de que la ciencia arroja evidencias comprobables de las formas en como las fuerzas naturales del universo, dan como resultado la existencia de los fenómenos que nos maravillan.


Es importante recordar que si bien el origen de la vida y la evolución están relacionados, son ámbitos separados del estudio de la ciencia.



EL Origen de la Vida.